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EL CONVENTO MALDITO

EL CONVENTO MALDITO
En un pequeño y sombrío pueblo, se encontraba un antiguo convento abandonado. Los lugareños creían que estaba maldito y que estaba prohibido acercarse a él. Se decía que en su interior se escondían oscuros secretos y que al caer la noche, se podían escuchar aullidos y lamentos provenientes del edificio.
La historia cuenta que hace muchos años, el convento estaba habitado por un grupo de monjas que llevaban una vida dedicada a la oración y la penitencia. Sin embargo, con el paso del tiempo, el lugar comenzó a llenarse de rumores perturbadores. Se decía que las monjas practicaban extraños rituales y que algunas incluso hacían pactos con el diablo.
Un día, llegó al pueblo un sacerdote enviado por el Vaticano para investigar los extraños sucesos que ocurrían en el convento. El sacerdote, llamado Padre Gabriel, decidió pasar la noche en el lugar, decidido a descubrir la verdad detrás de los rumores.
A medida que avanzaba la noche, el silencio se volvía más denso y una inquietante sensación de malestar se apoderaba de Padre Gabriel. De repente, comenzó a escuchar murmullos y risas en las sombras. Decide adentrarse en el convento en busca de respuestas.
Al internarse en los pasillos oscuros y polvorientos, Padre Gabriel descubre una puerta secreta. Al abrir la puerta, se encuentra con una escalera que se hunde en lo más profundo de la tierra. Sin pensarlo dos veces, baja por las escaleras, armado solo con su fe y crucifijo en mano.
Cuanto más descendía, más fuertes se volvían los aullidos y lamentos. Finalmente, llega a una sala iluminada por velas y rodeada por esqueletos. Allí encuentra a las monjas, reunidas y vestidas con túnicas negras, realizando un ritual oscuro en el que invocaban a fuerzas sobrenaturales.
Padre Gabriel, horrorizado pero decidido, lanza rápidamente oraciones y bendiciones alrededor de la sala, tratando de protegerse y deshacer el mal que se encontraba allí. A medida que sus oraciones se vuelven más fuertes, las monjas comienzan a convulsionar y gritar.
Finalmente, la sala se llena de un brillo cegador y las monjas desaparecen en un instante. El convento se queda en silencio, como si todo el mal que había habitado en ese lugar se hubiera evaporado. Padre Gabriel mira a su alrededor, aliviado de haber derrotado a las fuerzas oscuras que habían tomado posesión del convento.
Desde entonces, el antiguo convento fue abandonado definitivamente y nadie volvió a entrar en él. Los lugareños, temerosos de lo que pudo haber ocurrido allí, han mantenido su promesa de no acercarse nunca más.
Créditos Leyendas Urbanas