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KARY LA MUÑECA DE PORCELANA POSEIDA QUE ME MIRABA FIJAMENTE EN LAS NOCHES

KARY LA MUÑECA DE PORCELANA POSEIDA QUE ME MIRABA FIJAMENTE EN LAS NOCHES

Recopilada y redactada por Parral minuto a minuto

Esta es una historia que les voy a compartir porque me encantan los relatos desde niña viví en carne propia uno y siempre he creído en las cosas sobrenaturales que suceden en nuestro mundo.

Mi leyenda fue en la colonia Cerro Blanco no pondremos dirección para no crear morbo por alguna vivienda o alguna mala interpretación solo que es una verídica historia parralense de terror.

Desperté en medio de la noche. Todo estaba tranquilo, mis perros dormían y no entendí por qué me había despertado de repente. En ese momento vi una silueta parada junto a mi cama, no era una silueta negra como siempre se cuenta, era más como un mini duende de cabellos rizados que se movía por la habitación con ojos brillantes, parpadeé confundida, creí que seguía soñando, pero la silueta continuaba moviéndose, aterrada me cubrí hasta la cabeza, así pasaron los días y el sueño o mi terrorífica realidad se repetía noche tras noches, sin valor para comprobar si la silueta era real o solo un sueño más, así pasaron las semanas y cada vez me costaba más permanecer en mi habitación era como si alguien clavara su mirada profunda en mi espalda, una noche me arme de valor y seguí la sombra, no era posible era Kari, la muñeca de porcelana que me regalo mi abuela cuando era niña, no era un sueño era real, la silueta no hacía nada más que mantenerse fija frente a mí, con sus ojos brillantes, su mirada penetrante, fue la noche más larga de mi vida.

En la mañana la muñeca estaba en su lugar habitual, glamurosa con su vestido negro sobre la mesa de noche, pero ella sabía que yo la descubrí, su mirada penetrante me lo decía, su mirada tan real, tan tenebrosa, no lograba seguir en la habitación con ella mirándome, así que, la gire,  la deje mirando a la pared mientras me vestía, pero vaya susto cuando termine de abrochar mis zapatos justo detrás de mi estaba Kari sonriendo malévola, varias veces intente deshacerme de ella, tirándola lejos de casa pero la muñeca siempre aparecía en mi puerta, hasta que un día encendí la chimenea y la deje que se consumiera con el fuego, mientras la muñeca se quemaba se escuchaban gritos como si alguien sufriera, como si la muñeca sintiera.

No es mentira lo que cuento en esta historia, me imagino que a varias personas les ha pasado con algún objeto o muñeca, y me gustaría conocer otra historia ya que cuando la contamos fuera de círculo familiar siempre lo juzgan a uno de loco pero  mi historia es de aquí de Parral en la colonia Cerro Blanco.

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